Durante el confinamiento, millones se volcaron a la cocina y redescubrieron el pan con masa madre.
El sourdough no es nuevo, pero su fama explotó durante la pandemia. Prepararlo requiere paciencia, práctica y una “madre” activa que se alimenta a diario.
El fenómeno traspasó el plano culinario: surgieron comunidades online, cursos y cuentas dedicadas exclusivamente a la fermentación artesanal.
El encanto del sourdough está en su sabor complejo, su textura crujiente y la satisfacción de crearlo desde cero. Además, al no usar levadura industrial, es más digestivo y natural.
Hoy muchos lo siguen horneando por convicción. El boom inicial dejó una huella profunda en hábitos alimenticios, marcando un regreso al tiempo lento y al orgullo de lo hecho en casa.